Este martes se presentaron los Presupuestos Generales del Estado para 2015, donde se establecen las previsiones de ingresos y gastos para el conjunto del sector público, es decir administraciones centrales, regionales (CCAA), como locales (Ayuntamientos, Diputaciones, Consells Insulars).
Este documento tiene una importancia mayúscula ya que marca la línea a seguir en materia tributaria (los ingresos los obtienen vía impuestos y tasas), deuda, gasto social, subvenciones, gasto administraciones, pago a funcionarios… además de la repercusión que tiene en la población todas estas medidas, también nos da las previsiones económicas que tienen, ya que en función de la situación financiera de la gente varía la recaudación y el gasto.
En este sentido, se basan en un escenario de consolidación de recuperación económica, además esperan que el consumo privado se afiance (que ya marcó crecimientos importantes en el segundo trimestre de 2014) gracias a “la recuperación del empleo, la recuperación de la confianza de los consumidores…” además de la incidencia que tendrá la bajada de los impuestos. En lo que a las exportaciones también aumentan sus previsiones, a lo que la depreciación del euro respecto a otras monedas, debería favorecer.
Un aspecto que llama la atención es el gasto en prestaciones de desempleo que esperan que se reduzca en 25.300 millones de euros en 2015; lo que significa una rebaja del 15% respecto a este año, desgraciadamente con las previsiones que estamos viendo (el FMI por ejemplo vaticina que solo se bajará hasta el 23,80%), que aún mejorando considerablemente publicación tras publicación es posible que este descenso se más fruto de las extinciones de las prestaciones que de las contrataciones.
En estos presupuestos ya se analiza la evolución del PIB (Producto Interior Bruto) incorporando actividades ilegales (prostitución, tráfico de drogas…) que, a pesar de la dificultad de recopilación de información, hará que el PIB crezca de forma artificial, y aún así ya se avanza que la deuda pública pasará del 100% del PIB, niveles muy peligrosos para un futuro más o menos cercano.
