Entre la batería de nuevos conceptos económico-financieros que ha conocido la población española (prima de riesgo, recesión, inflación, deflación, participaciones preferentes, riesgo país, consolidación fiscal…) hay uno que tal vez no se le está dando tanta importancia como se merece: la unión bancaria.
En primer lugar, no hay que olvidar que España está dentro de una comunidad, no solo económica sino que monetaria, así que las decisiones sobre cosas tan fundamentales para una población (sí, no solo es a nivel macroeconómico) como tipos oficiales de interés, es decir lo que nos cuesta endeudarnos o lo que nos remunera el ahorro “sin riesgo” y el rumbo al que se le quiere dar a la valoración de la moneda que nos da la facilidad o no de exportar o importar (y en Balears la principal fuente de ingresos es el turismo, que no es más que exportar servicios) viene determinada por un organismo comunitario, el Banco Central Europeo.
¿Qué sentido tiene que el control monetario sea centralizado en el BCE, pero que el control, normas y procedimientos de los brazos ejecutores de estas políticas, es decir los bancos de cada uno de los estados miembros sea independiente? Desde luego las consecuencias las hemos sufrido en nuestras carnes con una gran crisis en parte provocada por esta falta de control.
Ya se han dado pasos adelante para esta Unión Bancaria, de hecho el pasado martes el Parlamento Europeo aprobó que se creara un fondo común que se nutrirá de dinero aportado por las entidades bancarias con el fin de que se utilice en caso de tener que liquidar algún banco de la Zona Euro (en España no ha pasado, pero, por ejemplo en EEUU es más que habitual y la población ha seguido adelante, prácticamente sin enterarse).
Otras medidas tomadas son la obligación a los bancos a financiar el fondo de garantía de depósitos; creación de un fondo de liquidación con aportaciones de tasas bancarias, éstas, otras que se certificaron anteriormente como los requisitos de capital y una supervisión única junto a las que se firmarán tras las elecciones europeas (fondo común de garantía de depósitos) son un avance para una verdadera unión monetaria.
