Catalunya y economía

Falta justo una semana para que se celebren elecciones en Catalunya, seguramente son las más relevantes (que no sé si importantes) que veremos en mucho tiempo (mientras no se repitan en breve). La DUI, detenciones, el 155 y la independencia sobrevuelan el ambientes. Sin querer entrar en valorar nada más, es importante conocer las consecuencias económicas de este proceso.

Una potencial independencia de Cataluña afectaría económicamente a 5 aspectos diferentes:

1.- Incertidumbre:

Es un factor más que puramente económico de sentido común. Cualquier inversor, grande o pequeño, que quiera invertir en economía real (montar o colaborar en un  negocio) o mediante mercados financieros (bolsa o deuda) se frena ante el no saber qué pasará con la legislación, fiscalidad, etc.  Es algo que no es nuevo: de forma menos radical lo vimos en el año 2016 con la no investidura de ningún presidente del gobierno, lo que provocó que el Ibex 35 (referente de la bolsa española) fuera una excepción y sufriera pérdidas en un gran año bursátil.

Hay varios ejemplos que lo corroboran y que dan poco lugar a la interpretación: las reservas turísticas han caído en Cataluña, se han frenado varias inversiones como compra de hoteles y la bolsa española ha cerrado octubre con rentabilidades peores a la de sus homólogas europeas a pesar del tirón de los últimos dos días.

Aunque parece que con la aplicación del artículo 155 y la convocatoria de elecciones se ha frenado, cualquier noticia que vuelva a activar el conflicto lo reactivará, y el resultado de dicho sufragio puede ser el desencadentante.

2.- Sistema financiero:

Va muy relacionado con el factor incertidumbre. Los bancos domiciliados en Cataluña estarían bajo una legislación y un control bancario catalán con lo que no se beneficiarían de organismos como el FROB (Fondo de Reorganización Ordenaria Bancaria), la JUI (Junta Única de Resolución), el FGD (Fondo de Garantía de Depósitos) ni el FGI (Fondo de Garantía de Inversiones). Así por ejemplo no estarían cubiertos los 100.000 euros por cliente y banco que sí lo están en el resto de la Unión Europea.

Ante esta situación es muy probable que los depositantes retiraran su dinero para llevarlo a bancos “españoles” lo cual provocaría la quiebra inmediata de estas instituciones sin protección alguna para los clientes. Es posible que el contagio llegaría a la banca española e incluso a la europea, en ese caso, al menos, los clientes estarían protegidos de la insolvencia de estas instituciones, ya sea por mecanismos de resolución como por los fondos de garantías.

3.- Deuda pública:

Actualmente las Administraciones Públicas viven gracias a la deuda pública. A Cataluña, además de la deuda emitida por la Comunidad Autónoma, le corresponde parte de la del Tesoro español que ha destinado a inversiones o gastos allí. Sería un punto muy conflictivo y costoso por dos motivos: (i) si se reparte justamente es difícil que Cataluña como estado pueda hacer frente a los pagos y (ii) si no se reparte será España la que no pueda hacer frente. La primera opción sería catastrófico para los habitantes de Cataluña, la segunda podría ser el fin de la Unión Monetaria Europea.

4.- Empresas:

Ya hemos visto como multitud de empresas se han ido de Cataluña. Es cierto que esta “huida” es más de lavado de imagen anti-boicot o de tranquilidad para los mercados que efectiva (el Impuesto de Sociedades no es autómico) pero sí muestra a las claras las intenciones. De las más de 2.000 empresas que han cambiado su sede social es muy posible que la mayoría cambiaran la real en caso de independencia lo que supondría pérdida masiva de puestos de trabajo con lo que eso conlleva: menos recaudación de impuestos, emigración, pobreza…

5.- Mercados financieros:

Aunque es repetitivo, en una economía endeudada los mercados tienen mucho poder y sería difícil que éstos prestaran dinero a un estado catalán independiente, y si lo hacen lo harían a tipos de interés muy altos. Sería muy difícil para este nuevo país satisfacer a los mercados: una nueva moneda devaluada en la que hacer ingresos cuando las deudas actuales son en euros, un sistema empresarial deshaciéndose que no permite generar ingresos vía impuestos y exigencias de intereses más altas convertirían la situación económica de Cataluña en insostenible.

El panorama es catastrófico, aunque para las personas que estén a favor de la independencia les queda una única vía de aliento: que se dé una independencia con un libro de ruta marcado, es decir que antes de hacerse se sepa el valor de la moneda, de la deuda, que las empresas no se vayan, cómo será el sistema fiscal, es decir dejar atados muchos cabos. Realmente es impensable que se haga así, ni siquiera el Brexit que es una simple salida de un país de un “club” se hizo así.

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