Ayer como consecuencia de la abdicación de Juan Carlos I como Rey de España participé en una tertulia sobre este histórico acontecimiento en el programa de IB3 Ràdio “Això és IB3”, en la que me preguntaron por las consecuencias económicas de este hecho.
La primera intervención, fue sobre cómo afectaría a Mallorca en particular, tierra muy ligada a la Casa Real Española, familia que, sin duda alguna, ha colaborado en la promoción a nivel mundial como destino turístico.
Ahora mismo, no sabemos bien si afectará, ya que a Doña Leticia, no parece que le guste mucho; aunque por lo que dicen otros contertulios, la idea de la Reina Sofia, siempre ha sido tener su retiro aquí, lo que ya nos daría una buena imagen; a pesar de que ha habido sectores que lo han criticado (véase el caso Fortuna).
Al preguntarme si los casos de corrupción de la Casa Real nos perjudica cara a “promoción”, opiné que siempre he considerado que es positivo, ya que desde fuera se nos puede ver como un país más serio y trasparente, y que la gente poderosa no puede hacer lo que quiera, un gran síntoma de evolución.
La siguiente intervención, ya habló de las consecuencias hacia los mercados internacionales, noticia que ha tenido cobertura, toda la mañana por ejemplo en medios de comunicación económicos como Bloomberg.
A tal efecto, los mercados han tenido un día tranquilo tanto bursátilmente hablando como a nivel de precios de la deuda española que han estado estables todo el día. Realmente lo que no le gusta el mercado es la incertidumbre y parece que el traspaso de “poderes” será muy tranquilo y que no influirá políticamente en nuestro país, de hecho nuestro “Jefe de Estado” ejerce más como imagen que realmente como persona influyente en temas políticos.
Incluso, un improbable cambio de estructura, pasando a República, si se hace de forma ordenada y civilizada no cree nerviosismo en el mercado y en los inversores internacionales.